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viernes, diciembre 08, 2006

Efecto protector del embarazo tras un cáncer de mama

Cuando se diagnostica un cáncer de mama en una mujer en edad fértil, los médicos recomiendan esperar dos meses tras la conclusión del tratamiento para buscar un embarazo. Un estudio publicado en el 'British Medical Journal' indica que esta medida no es necesaria.
La recomendación de esperar un tiempo para volver a tener un hijo se hace fundamentalmente para evitar los embarazos en aquellas mujeres que podrían tener una recaída temprana del cáncer y para que se completen los tratamientos complementarios a la cirugía. Sin embargo, los autores del estudio afirman que este consejo "podría ser válido para pacientes que estén en terapia o con un diagnóstico de enfermedad sistémica. Para aquellas con un tumor localizado, concebir seis meses después de terminar el tratamiento no afecta negativamente a su supervivencia". "Nuestros resultados no apoyan el consejo médico de esperar dos años antes de quedarse embaraza", explican los autores.
Para llegar a estas conclusiones, Angela Ives, de la escuela de Cirugía y Patología de la Universidad de Australia Occidental, y sus colegas identificaron a todas aquellas supervivientes de un cáncer de mama en la región oeste del país que tuvieron después descendencia. De las 2.539 mujeres entre 15 y 44 años a las que se les había diagnosticado este tumor, 123 cumplían con el perfil indicado. La mitad de ellas (62) logró un embarazo en los dos años siguientes a su diagnóstico, de las cuales 29 abortaron, 27 dieron a luz y seis perdieron el bebé de forma espontánea. Aquellas con cáncer mama y que se quedaron embarazadas tenían mejores tasas de supervivencia que las que no lo hicieron. Esta mejora de las expectativas de vida sólo es significativa si la gestación se produjo 24 meses después del diagnóstico. Por debajo de ese intervalo de espera, los embarazos no proporcionaban protección pero tampoco tenían consecuencias negativas. No obstante, los autores señalan que "en el estudio aparece un efecto protector definitivo [del embarazo] para las pacientes que esperaron al menos seis meses antes de concebir". Y añaden que cabría esperar que los resultados se volvieran significativos en caso de que la muestra de mujeres que conciben entre los seis y los 24 meses fuera mayor.
A estas conclusiones hay que añadir otro factor. Retrasar el momento de ser madre para pacientes con cáncer de mama puede significar que se escape la oportunidad de serlo porque, en primer lugar, es normal que el cáncer se detecte cuando la mujer está en la década de los 30, lo que implica que la función ovárica puede estar disminuida. Además, la quimioterapia y la radioterapia pueden reducir la actividad de los ovarios o, en algunos casos, conducir a una menopausia precoz.