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lunes, diciembre 11, 2006

Precaución con los 'stents' recubiertos de antibiótico

La seguridad y los riesgos a largo plazo de los 'stents' recubiertos de antibiótico no están claros para el 60% de los pacientes que reciben estos dispositivos. Éstas son las principales conclusiones de un panel de expertos estadounidenses que ha revisado los beneficios o los peligros que generan estos mecanismos en diferentes tipos de pacientes.
Durante dos días un grupo de expertos en cardiología ha estado debatiendo los problemas de seguridad que pueden presentar los 'stents' bañados de antibiótico. El panel ha estudiado las complicaciones que se han detectado en algunos pacientes y ha concluido que estos dispositivos son seguros cuando se emplean en pacientes sanos que presentan un bloqueo en sólo una arteria. Para el resto, personas con otros problemas asociados, los expertos dictaminan que no hay suficientes datos, aunque las investigaciones recientes sugieren que los riesgos de coágulos, de infartos de miocardio y de muerte son mayores que sus beneficios.
Desde hace una década, se viene utilizando la angioplastia con 'stent' para desbloquear aquellas arterias cuyo calibre ha sido taponado por una placa de ateroma. Se trata de la introducción de una malla metálica en la arteria para abrirla de forma permanente para que circule correctamente la sangre. A partir de 2003, fecha de su comercialización, se ha generalizado el empleo de otro tipo de 'stents', una versión moderna de los que ya existían pero con un baño de antibiótico. De esta forma, reduce el número de casos en que se forma una cicatriz alrededor de la malla metálica, con lo que se evita una nueva obstrucción sanguínea.
Sin embargo, recientemente se han publicado varios estudios, uno de ellos en 'JAMA' con casi 4.700 pacientes, que concluían que los 'stents' modernos conllevan un mayor riesgo de complicaciones (formación de coágulos e infartos) que los dispositivos clásicos. Por este motivo, la agencia que regula los medicamentos y los dispositivos médicos en EE.UU., la FDA, ha solicitado a este panel de expertos su opinión para saber si debe tomar alguna medida al respecto. Tras dos días de debate, las recomendaciones no son muy claras. Si bien estos expertos mantienen una postura firme sobre los beneficios que se logran con los nuevos 'stents' en aquellos pacientes en los que fueron estudiados en un principio, es decir, para los que sólo presentan un bloqueo de una arteria, para el resto no ofrece un conclusión unánime.
Desde su comercialización, el empleo de 'stents' bañados en antibióticos se ha extendido más allá del grupo de pacientes que la FDA consideraba apto para recibir estos dispositivos. Los cirujanos han aumentado su uso para personas que presentan además otro tipo de problemas cardiacos, diabetes o múltiple bloqueo. La generalización ha sido tan elevada que este tipo de pacientes representa ya el 60% de las personas que recibe los modernos 'stents'.
William Maisel, jefe del panel y doctor en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston, ha sugerido a la FDA que debería poner en las etiquetas de los 'stents' una advertencia sobre los riesgos asociados (trombos, infartos al corazón y muerte) con su empleo fuera de lo aconsejado por esta agencia. Pero a partir de esta recomendación poco más ha dicho este grupo de expertos ya que tampoco han definido el tiempo que tienen que estar tomando aspirina y otro tipo de antitrombótico, Plavix, aquellos pacientes que presentan más complicaciones y por tanto más riesgo de trombos. A estos sujetos se les recomienda tomar estos fármacos de tres a seis meses para reducir este peligro, sin embargo, tres sociedades médicas, incluida la Asociación Americana del Corazón, aconsejan su administración durante un año.
Después del debate de dos días, el panel han concluido que no se sabe cuánto tiempo deben de medicarse estos pacientes. Esta incongruencia aumenta la preocupación de algunos especialistas pues Plavix es un medicamento caro, que algunas personas en EE.UU. no se pueden permitir. Además, el riesgo de sangrado que conlleva su uso hace que algunos médicos aconsejen dejar este tratamiento temporalmente cuando los pacientes se van a someter a diversos procedimientos como intervenciones dentales, colonoscopias o a intervenciones ortopédicas como la colocación de una prótesis de rodilla.
Pero este abandono momentáneo de la medicación ha registrado ya complicaciones serias. Según la Universidad de Miami tres pacientes terminaron en la unidad de urgencias con infarto de miocardio debido a que habían parado de tomar Plavix aconsejados por otros médicos. "Es esencial que los pacientes no dejen Plavix a menos que consulten con el cardiólogo que les colocó el stent", ha declarado al diario 'The Wall Street Journal' el doctor O'Neill, especialista de dicha universidad. Por su parte, las compañías que comercializan los modernos 'stents' Johnson & Johnson, Boston Scientific y Metrionic insisten en que estos dispositivos no conllevan más riesgos que los clásicos y que éstos compensan la necesidad de volver a colocar un nuevo 'stent', como ocurre con los tradicionales cuando se forma tejido cicatricial, o el empleo de una cirugía de bypass. De hecho, Boston Scientific ha hecho públicos los resultados de un análisis de cuatro ensayos clínicos realizados con uno de sus 'stents' y que han presentado ante el panel de expertos. En dicho análisis se concluía que la tasa de trombosis tras la implantación del dispositivo no difiere significativamente de aquella que se origina con los stents sin antibiótico.
Se calcula que más de seis millones de personas en todo el mundo portan un 'stent' bañado en antibiótico. Al menos 800.000 nuevos pacientes cada año se someten a este tipo de intervenciones para tratar un problema cardiaco, pero alrededor de un 60% de ellos no se consideran sujetos ideales para recibir este tipo de dispositivos.