Porque más vale prevenir que curar, háztelo mirar.

viernes, agosto 08, 2008

La diabetes frenada con la vitamina C

Según una nueva investigación realizada en hombres y mujeres de mediana edad, una gran cantidad de vitamina C en la dieta ayudaría a disminuir el riesgo de una persona de desarrollar diabetes tipo 2. Así, en el estudio se observa que aquéllos que tenían los mayores niveles de vitamina C en sangre eran mucho menos proclives a desarrollar diabetes durante doce años que quienes presentaban menores cantidades del compuesto.
Las frutas y los vegetales son la principal fuente de vitamina C en las dietas occidentales y sus niveles en sangre son buenos indicadores de la ingesta de esos alimentos.
El equipo investigador ha realizado un seguimiento a 21.831 hombres y mujeres saludables con edades comprendidas entre los 40 y 75 años, para observar el desarrollo de diabetes tipo 2. Al inicio del estudio, todos dieron detalles sobre su salud y estilo de vida, así como muestras de sangre, que los expertos usaron para establecer los niveles de vitamina C en su cuerpo. Durante la investigación, 312 mujeres y 423 hombres desarrollaron diabetes tipo 2, lo que equivale a una tasa general del 3,2 por ciento.
Según los investigadores (del Instituto de Ciencias del Metabolismo del Hospital Addenbrooke, en Inglaterra), las posibilidades de desarrollar diabetes eran un 62 por ciento menores en los participantes con los mayores niveles de vitamina C en sangre, comparado con los que presentaban las menores cantidades del compuesto. Tener en cuenta otras características asociadas con el riesgo de diabetes, como la edad, el género, los antecedentes familiares, el consumo de alcohol, la actividad física, el tabaquismo y el peso corporal, no modificó significativamente los resultados. Estos datos ofrecen "evidencia persuasiva de un efecto beneficioso de la vitamina C y el consumo de frutas y vegetales sobre el riesgo de diabetes", concluyen.
RECUERDE que la forma más eficaz de mejorar la calidad de vida de los diabéticos es una buena alimentación junto con actividad física.



lunes, agosto 04, 2008

Los ancianos deben caminar con frecuencia

Contrariamente a la creencia popular, para hacer ejercicios moderados que mejoren la salud general no es necesario usar equipos costosos ni sofisticados. Probablemente ya tiene lo que le hace falta en casa: un par de buenos zapatos deportivos. Y es que muchas personas subestiman el poder de caminar por espacio de tan sólo 30 minutos diarios.
Beneficios de caminar
Caminar puede ser quizá una de las actividades más beneficiosas que pueda llevar a cabo. Si el poder de las caminatas pudiera comprimirse en forma de píldora, sería uno de los remedios más populares. Además, es tan fácil, que no requiere receta, y es algo que hacemos desde que tenemos un año de edad. A continuación, algunos de los beneficios de esa actividad:
-Pérdida de peso: La actividad física, combinada con una dieta balanceada, contribuye a la pérdida de peso. Esto equivale a ventajas en la disminución de riesgos de trastornos cardiacos, cáncer, diabetes y más.
-Disminuye los riesgos de ataques cardiacos: Hacer ejercicios durante media hora al día se vincula con un 30 al 40 por ciento de disminución de riesgos de trastornos cardiacos en las mujeres, según un estudio de salud realizado a 72.000 enfermeras.
-Modera la presión sanguínea: El mantenimiento del bombeo del corazón en condiciones normales lo acondiciona para trabajar con mayor efectividad y menor esfuerzo.
-Reduce el colesterol "malo": La actividad física estimula el colesterol "bueno" (HDL) y disminuye el colesterol "malo" (LDL), que provoca acumulación de placa en las paredes de las arterias.
Además ...
·Es una protección contra la fractura de cadera.
·Mejora el estado de ánimo.
·Mejora el sueño.
·Amplía la expectativa de vida.
·Fortalece los músculos, articulaciones y huesos. Y mucho más.
Para comenzar
La vida sedentaria es uno de los peores enemigos de la salud, particularmente si no existe razón médica alguna para la inactividad. No hace falta correr una maratón el primer día. Es preciso que vaya aumentando la duración de la caminata hasta llegar a los 30 minutos, comenzando lentamente y por el tiempo que pueda resistir, aunque sean cinco minutos. En la medida que se sienta más confiado, su impulso se acrecentará.
Elija un sitio seguro para caminar, que también sea confortable.
Sobreponerse a los obstáculos
Si no se siente seguro al caminar, ha sufrido una caída o una rotura de huesos que limita su movilidad, no se desespere, pues hay varias soluciones. Puede usar bastones de caminata, que le proporcionan equilibrio y fuerza adicional. Si usa un andador o bastón, también puede salir a caminar y a moverse lo más que pueda.
Los ejercicios en el agua pueden ser beneficiosos. El agua sirve de apoyo al cuerpo, por lo que caminar en ella le hace una sutil resistencia que puede crear más fuerza en sus músculos. Investigue acerca de la existencia de gimnasios cercanos o centros para ancianos que tengan piscina.
Si confronta problemas de mareo o falta de equilibrio, tal vez necesite un nuevo aparato para oír o nuevas gafas. Las funciones del oído y la visión contribuyen al buen equilibrio.
Si le preocupan cuestiones de seguridad o no le gusta caminar solo, únase a un club de caminantes, o pídale a un amigo o amiga que le acompañe. Recuerde, el apoyo de otras personas le harán más propenso a seguir en pos de sus objetivos de buena forma física. También puede pasear con su perro, el cual, como necesita salir al menos dos veces al día, puede convertirse en un incentivo de actividad.
Eso sí, recuerde consultar con su médico antes de comenzar cualquier rutina de ejercitación.