Porque más vale prevenir que curar, háztelo mirar.

domingo, enero 01, 2012

En invierno también hay que hidratarse por dentro

Resulta normal asociar la deshidratación al calor del verano, pero en iniverno, y a pesar de las bajas temperaturas, también existe riesgo de deshidratación. Hay que beber siempre, preferiblemente agua, aunque con el frío apetezca menos. Y es que uno de los motivos de la falta de hidratación invernal es que con el frío las personas no prestamos atención a los líquidos que perdemos. También son culpables de esta situación las comidas copiosas propias de las fiestas navideñas y el consumo de alcohol, así como considerar que solamente hay que beber cuando se tiene sed. Con esto, casi la mitad de las personas beben menos de cinco vasos de líquidos al día. Esta falta de ingesta de bebidas puede afectar negativamente a las funciones físicas y mentales.
Si no se bebe el agua necesaria disminuye nuestra capacidad de memoria a corto plazo, las habilidades aritméticas, la concentración, la capacidad visual, etc. Además, la deshidratación provoca cansancio, dolor de cabeza, dificultad de concentración y malestar general, síntomas que también perjudican las funciones mentales. Tan solo con una pérdida de hidratación de un 2%, es decir una situación de deshidratación leve, ya desciende nuestra capacidad de rendimiento.
Durante el invierno hay que desprenderse de prendas de abrigo cuando se va a pasar tiempo en recintos cerrados, mantener un consumo regular de líquidos e ingerir frutas y verduras en la dieta diaria. Se aconseja tomar cada día alrededor de dos litros y medio a través de diferentes bebidas, incluyendo además de agua los caldos, zumos, refrescos o infusiones.